sábado, 10 de octubre de 2015

LA VIDA ESPIRITUAL: UN EXPERIMENTO

En todo ser humano existe el potencial de experimentar la vida espiritualmente. No me refiero a seguir dogmas ni rituales, sino a ser a la vez protagonista y testigo de un gran experimento: vivir una vida ordinaria de forma extraordinaria.

Pero, ¿a qué me refiero cuando hablo de vivir la vida espiritualmente? Pues a algo tan simple como vivir una vida consciente, estar abiertos a la maravilla y al misterio, hacer de la fe una varita mágica capaz de crear nuevos horizontes, comprometerse con la esperanza y ejercer la excelencia de lo que en verdad y en esencia somos: auténtico amor incondicional en acción. Quizás podría incluir más elementos en esta descripción, pero con lo expuesto podemos hacernos una idea de que vivir una vida espiritual está al alcance de cada ser humano que se lo proponga.

Recuerdo, en el sublime documental de Werner Herzog La cueva de los sueños olvidados, las palabras del paleontólogo Jean Clottes, director de la investigación de esa cápsula del tiempo que es la cueva de Chauvet con sus pinturas rupestres:

 «Se nos define como homo sapiens, pero no es una buena definición: no sabemos tantas cosas. Más bien somos homo spiritualis

Eso somos: homo spitirualis. Si todavía no lo sabemos, está en nuestro camino evolutivo descubrirlo... O redescubrirlo (así lo afirman expertos en evolución de la conciencia como Ken Wilber). La mente racional, ese gran logro de la humanidad, nos arrebató nuestra conexión espiritual para que, en estadios evolutivos posteriores, podamos reencontrarla liberada de dogmas, como pura experiencia vital... O experimento: así casamos a la mente racional con la experiencia espiritual, haciendo del científico un místico o viceversa.

¿Cómo hacerlo? No es difícil. Hay mucha información a la que se puede acceder: en los textos sagrados de todas las tradiciones religiosas, en escuelas esotéricas, en blogs y páginas webs y en miles de vídeos de YouTube. Hay cursos, talleres, retiros y todo tipo de prácticas en las que podemos iniciarnos. Elige la que quieras, sumérgete en ella sin jamás olvidarte de ser libre y sin tampoco descuidar tu valiosísismo espíritu crítico. Vive y observa, saca tus conclusiones. Te aseguro que ningún experimento vale más la pena que este: conócete a ti mismo y conocerás el misterio más grande del Universo. Como en cualquier experimento, se trata de ensayar y equivocarse tantas veces como haga falta hasta obtener un resultado positivo. No te creas nada ni tampoco excluyas nada por tus prejuicios. Ábrete a los regalos de la experiencia y disfrútala intensamente.

Ensayo-error, ensayo-error, ensayo-error... Hasta conseguir un milagro.



No hay comentarios:

Publicar un comentario