martes, 5 de mayo de 2015

CRISIS Y REVELACIONES

Recientemente he escuchado al sabio cabalista Michael Laitman explicar cómo la Cábala concibe la realidad. Dice que esta es vista con doble aspecto: aquello que me ha sido revelado y aquello que no me ha sido revelado todavía y, por lo tanto, permanece oculto a mí.

Ocurre que, a medida que nuestra conciencia se expande, más nos es revelado (recordemos aquello de que cuando el alumno está preparado, aparece el maestro). Y, ¿cómo suele llegar la revelación (es decir, la expansión de conciencia)? Pues mediante un estado poco gustoso al que llamamos crisis... Esa palabra que siempre asocio con la crisálida, un estado de transición de un estado inferior a uno superior en el camino evolutivo de nuestra conciencia.

En el capítulo 4 de El primer día del tiempo nuevo lo encontramos expresado de este modo:


Dóron la miró. Los árboles miran sin ojos y su forma de mirar es profunda y penetrante. Ven lo oculto, lo que queremos esconder por vergüenza o incluso por simple ignorancia. No temen la sombra porque saben que es en la sombra donde duermen todos nuestros potenciales. Por eso él ya podía ver las alas de Mel agitarse con perfecta iridiscencia, ya podía sentirla volar, jovial y liviana, alrededor de su gran copa.
–Tu metamorfosis es inminente, pequeña Mel– susurró Dóron con cariño. –Tu miedo, tu tristeza, tu mal humor, tu falta de autoestima, tu desconfianza en el proceso de la vida… ¡son solo indicios! ¡Síntomas!
–¿Indicios? ¿Síntomas? ¿De qué?
–De que estás entrando en crisálida.
Mel se estremeció. Esa palabra le producía escalofríos. Conjuraba todos sus terrores: oscuridad, soledad, encierro, incertidumbre, dolor…
–¡Odio la crisálida!– exclamó, enfurecida. –¡Prefiero reptar toda mi vida por el triste suelo antes que encerrarme es “eso”!
Dóron no podía creer lo que oía.
–Pero Mel, ¡ese es el único camino para tu metamorfosis! Para eso sirven las crisis y las crisálidas: para transformarnos en aquello que en verdad ya somos. Debes comprender que, siendo como eres una oruga, tú ya eres una mariposa. 

Al final del capítulo 15 -el que refleja la conversación entre Dóron y Piero, un agricultor ecológico que esconde sus contradicciones- el sabio roble que protagoniza el libro le dice al chico: Si no te gustan tus deseos, en vez de sentirte culpable, alégrate: tu conciencia ha entrado en transición. El momento del cambio nunca suele ser fácil. Vívelo plenamente, con todas sus contradicciones y, sobre todo, sin culpabilidad.

La Tierra tiembla periódiamente, terrible y devastadora. Así mismo, nosotros temblamos periódicamente: la adolescencia, la crisis de los treinta, la síndrome post-vacacional, un despido, tres divorcios,  mil insomnios, tres millones de preguntas sin respuesta... Sea cual sea nuestra crisis, aprovechémosla: es el momento de esperar revelaciones. Quizás si no estamos pendientes de esa droga dura que es SUFRIR, tal vez si a pesar de la confusion estamos dispuestos a AMAR, entonces puede que algo que estaba oculto se revele. Seguramente lo hará en torno a un símbolo, frontera sensible entre los dos aspectos de la realidad, fuente de revelaciones. Por eso, si estás viviendo una crisis... Busca qué símbolo se repite, o qué mito o cuento de hadas se esconde tras ella. Si puesdes encontrar el tesoro oculto en el fondo de esta oscura cueva llamada crisálida... Perdón, crisis... Entonces... Prepárate para vivir la dicha de la revelación, en el más puro sentido cabalístico del término.




4 comentarios:

  1. La más profunda que yo viví acabó tranformándose en las alas de un libro, y mi querido y sabio roble me ayudó a sanar.

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    1. Tu querido y sabio roble es porque tu eres. Tu querido y sabio roble y tú sois UNO. Asué, asuè, querida Guapalupe.

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  2. Yo en mi profunda transfornación interior, es la gratitud, mi crisis es como poder agradecer, todo lo que hay en mi interior. Todo lo que hay por descubrir y todo lo que me envuelve. Gracias

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    1. Tu vida entera expresa tu gratitud, Isabel. Vives entregada a quienes te rodean, con el corazón abierto nos acoges y eso marca absolutamente la diferencia en todo. Gracias por ser quien eres, tal como eres y, sobre todo, gracias por estar a mi lado.

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