lunes, 25 de mayo de 2015

Bocadito de Tiempo Nuevo

–Todas las mañanas, un hombre recorre el Gran Parque, corriendo hacia ninguna parte. Sus piernas son fuertes y se entrena para que así sean, preparándose para correr maratones… O eso cree él. Lo que yo sé es que un día ese atleta podrá ser un héroe gracias a esas piernas robustas, pues ese día podrá tomar entre sus brazos a un niño y correr rápido, muy rápido, alejándolo del peligro. Quien ahora lo vea correr por el parque, solo verá a un hombre haciendo jogging; yo siempre he visto a un héroe preparándose para realizar su sagrada misión.
–¡Qué suerte poder ver así a las personas!– suspiró Guadalupe. –Me encantaría saber qué has visto en mí.
–¡En ti he visto maravillas! He visto un dolor muy grande con el que te identificas demasiado, pero tú no eres ese dolor: tú eres aquello que hagas con él. De momento, gracias a ese dolor y a la profunda tristeza que lo acompaña, te has convertido en la lectora, mi lectora, y, gracias a ti, este viejo árbol ha podido adentrarse en mundos fascinantes. ¿Te parece esto poca cosa?
Guadalupe no respondió, pues sabía que no hacía falta hacerlo.
–Pero en ti he visto mucho más: he visto una valentía dormida que anhela despertarse y actuar, he visto una fuerza capaz de hacer añicos muros y barrotes, he visto una creatividad capaz de inventar una nueva vida para ti… ¡Y no solo para ti! El mundo es grande, Guadalupe, y está lleno de oportunidades para aquellos que osan aventurarse en él.
El primer día del tiempo nuevo.
Un cuento filosófico de Mercè Alegría.
Prólogo de Emilio Carrillo.
Ediciones Ende y www.evoludica.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario